Juan tiene 30 años y hace 8 que trabaja como empleado tercerizados en empresas de personal temporal “especializadas en RR.HH” Su perfil está por encima de la media y como principal fortaleza se destaca la capacidad de adaptación a diferentes rubros en distintas empresas por las que fue siendo asignado. Cumple muy bien sus horarios y rara vez se lo escucha decir que no. En promedio, Juan llega a cumplir 1 año en las empresas por donde pasa, a veces un poco menos y a pesar de que en más de una ocasión recibió ofertas para quedar efectivo, prefiere no aceptar, aduciendo que surgió un problema familiar, que está por hacer un viaje que viene planificando hace años o que está por mudarse a una ciudad que se ubica en el punto opuesto al lugar de trabajo ofrecido. Juan, así como llegó desaparece dejando el recuerdo de un buen empleado. En 2016 me toco conocer personalmente a Juan, cuando mi agencia prestaba servicios de auditoria en seguridad en una empresa de la zona Norte del GBA. Recuerdo que a los 5 meses que Juan ingreso a trabajar en el área de logística, una de las camionetas de reparto fue robada en modo piratería del asfalto a 10 minutos de haber salido de planta. Sobre ese caso, les puedo resumir que junto con la Sub DDI de aquella localidad y la empresa de rastreo satelital logramos recuperar la mercadería robada y se detuvieron a los “reducidores” que estaban en la casa allanada. Sobre Juan, encontré algo muy particular. Al investigar internamente aquel robo y analizar a los empleados de los sectores involucrados en la carga de aquel día, cuando llegué a Juan y solicité a la empresa de personal eventual un historial de lugares donde había sido asignado, lo que me derivo también a otras empresas de personal eventual y más asignaciones de empleo temporario, el común denominador era que en un rango de dos meses previos o dos meses posteriores a la aparición de Juan en un nuevo destino, un hecho de inseguridad había ocurrido en cada lugar.
Estos tres, de varios hechos registrados, no pudieron probar que Juan tenía implicancia y la justicia no llegó a ningún lado. Solo está mi investigación y firme convicción de lo que pasó. De hecho Juan vive ahora en Santiago del Estero y dejo Bs As luego de su última declaración en la DDI (Dirección de Investigaciones).
FIN